domingo, 27 de marzo de 2016

De la cueva mágica a Brasil

El 2015 empezó en Formentera, de la mano de mi hermana del alma Irina. Una mujer maravillosa, llena de luz y de amor. Fotógrafa en Formentera, acróbata en Berlin, kundalini yoggi... fuerza y dulzura a partes iguales. Las raices de sudamérica en sus pies y el turquesa del mar pitiuso en sus ojos... La puerta al 2015 me la abrió ella y desde aquí vuelvo a agradecérselo una vez más. Mágia, amor, conexiones que nos elevan y dan sentido a la vida. 
Después de unos dias respirando en mi isla, en Enero de ese año crucé por fin el Atlántico. El rumbo, Salvador de Bahia y la Chapada diamantina. El mar y la voluptuosidad de una ciudad llena del espíritu de África y la Naturaleza espléndida de la tierra del cuarzo y los diamantes. Energía en estado püro... Allí, mis hermanos Cristian, Lázaro, Iara y los animales que cuidé me abrieron sus almas con alimentos deliciosos, espiritualidad bien entendida, música del alma y mucho amor. En mis dos meses brasileiros dibujé mujeres que cada vez más se funden con la Tierra. Sus cabellos se enredan con la VIDA, sus miradas por fin la miran de frente. Mi Itaca fueron Buracao y Raíces, dos cachoeiras en el corazón de la selva que me dieron la clave para un año marcado por la pasión y enraizamiento. Püra Vida.
Ahora si que siempre entenderé esa palabra tan linda que adoré... SAUDADE. Imposible no sentirla cada vez que Brasil vuelve a mi recuerdo. Brasil y ante todo, sus gentes se convirtieron en una nueva casa para mi corazón. OBRIGADA 

















lunes, 7 de marzo de 2016

Azul

Asia el azul
Comienzo

Desde el azul
Final

Enamorado de la mar

Nunca se acaba el cuento

(extraido del libro de poemas Cómplices de la Embriaguez de Kristian Ramone)

En los últimos dos años siento que mi corazón ha realizado el viaje más intenso de su-mi vida... Todo había empezado mucho antes. Cuando un día, mis ojos conocieron la existencia de una pequeña isla del mediterranio donde encontrar un lugar con un faro, un mar turquesa que no entiende de límites y un agujero que lleva a una cueva. Si entras en ella, entrarás en un cuento que nunca se acaba... Como en la historia de amor más bonita del mundo, dentro de esa cavidad el tiempo se detiene. Mirando a África, dejando atrás Asia, detenida en un punto presente indefinido, puedo sentir que hay un lugar donde todo, absolutamente todo, es posible.
Azul, azul, azul.